Si quiero mantener buenas relaciones con las personas que amo, pero no tengo amor por mi mism@, esas relaciones se volverán complicadas.
Si quiero tener una buena relación de pareja, sentirme feliz, sostenid@, reconocid@ y
valorad@, pero yo mism@ no me acepto, me juzgo, no tengo amor propio ni me doy ese amor de forma constante, dicha relación siempre será conflictiva.
Si no tengo pareja y quiero vivir sol@ de manera tranquila y feliz pero no he hecho las paces
conmigo mism@ porque no tengo suficiente amor para mi y no soy mi mejor amig@, no
soportaré la soledad con todo lo que implica.
Si quiero tener un buen trabajo, en el que sea feliz y la pase muy bien, pero no amo lo que
hago... terminaré por dejarlo o en todo caso puedo odiarlo.
Si quiero ser la mejor mamá o papá de mis hijos, que se sepan amados y sostenidos por mi, reconocidos y contenidos, pero yo no he sabido darme de esa forma el amor, lo más probable es que mi relación con ellos sea tóxica y complicada.
Si quiero disfrutar de la Naturaleza y sentirme en comunión con ella, pero no amo y honro a Madre Tierra, la respeto y la cuido, será un disfrute superficial que no me llene.
Si quiero un cuerpo saludable pero no lo cuido y amo como es, es probable que se enferme y tenga achaques.
Para tener una vida plena, amorosa, saludable y feliz, es vital amarnos primero. Debemos ser
lo más importante en nuestra vida. Cuidarnos física, mental, emocional y espiritualmente.
Sostener, reconocer, aceptar y darnos todo aquello que necesite. Si no sanamos las heridas
internas, nada afuera se manifestará de forma sana. El principio y la respuesta soy siempre yo. El afuera no puede cambiar, o al menos no depende de mi, pero yo sí. Es ahí donde está mi felicidad y mi realización. Yo soy mi proceso de vida hasta el último día. Yo soy mi primera y mi última responsabilidad. Yo soy lo más importante. Mi compromiso es: ¡Amarme, todos los días de mi vida!
Algunas ideas que ayudan a fortalecer el amor propio:
Al despertar, agradecerte a ti mism@ por respirar con tu cuerpo, al que también le agradeces que te siga sosteniendo con vida.
Pregúntate cada día: ¿de qué tienes ganas? y asegúrate de darte al menos una cosa, puede ser un antojo, un abrazo, una llamada, un tiempo con alguien, etc.
Escribe cómo te sientes, sé honest@ y no juzgues ningún sentimiento que emerja.
Cada día procura descubrir una cualidad personal, puedes hacer una lista que crecerá.
Meditar o tomar un tiempo de reflexión para ti es siempre un regalo que ayuda al autoconocimiento y podemos amar lo que conocemos.
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