Somos gracias a nuestras relaciones, pues son estas las que le dan sentido a nuestra
existencia. La primera relación y la más importante es la que tenemos con nosotros mismos,
después están las que tenemos con nuestros padres, hermanos, hijos, familia, amigos, con
nuestra divinidad, con la naturaleza y sus criaturas y con todos los seres humanos con los que coincidimos.
Nuestras relaciones nos definen, nos permiten saber quiénes somos, cómo somos y de qué
estamos hechos. Nos dan forma, nos reflejan, nos muestran lo que tenemos para dar y para
recibir. Nuestras relaciones nos alimentan, nos nutren, nos dan vida.
Las relaciones son los vínculos que establecemos con otro ser. Son la ganancia que
obtenemos por nuestra vulnerabilidad al abrir el corazón y mostrarnos como somos. Cuando
logramos tocar el corazón de otro y que el nuestro también sea tocado por éste, se produce
una magia difícil de describir.
Podremos tener relaciones superficiales con algunas personas, sin embargo, dependiendo de nuestra apertura y la del otro, pueden llegar a ser tan profundas que nos transformen y saquen lo mejor de nosotros mismos, que nos ayuden a sanar y también a crecer.
Son nuestras relaciones las que nos sostienen, las que nos fortalecen cuando estamos débiles y las que nos acompañan en momentos difíciles. Las que nos regalan momentos alegres, inolvidables, únicos. Momentos que se suspenden en el tiempo, en los recuerdos, en la eternidad.
Nuestras relaciones son también las que nos permiten ver las partes de nosotros que solo
podemos conocer cuando interactuamos con los demás. Se convierten en espejos donde
podemos mirar nuestro reflejo. Tanto lo positivo como lo negativo que tenemos lo reflejamos a través de nuestras relaciones, mientras más cercana sea, el espejo crece en aumento.
Hay relaciones muy fugaces y otras que permanecen en el tiempo, unas que nos acompañan
por una etapa y otras que son para toda la vida. Todas van moldeando a la persona que hoy
somos. Hagamos que cada relación cuente, que le den más valor a nuestra vida.
¡Que nuestra vida sea maravillosa por todas las relaciones que la conforman, la enriquecen y
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