A nivel mundial, durante el mes de octubre todo se pinta de rosa como un recordatorio de la lucha contra el cáncer de mama. Esto me lleva a reflexionar sobre cuánta energía invertimos en pintar nuestra vida de color rosa.
Pareciera que existe un mandato inconsciente para crearnos un mundo color de rosa. Un
cuerpo perfecto, una carrera extraordinaria, un trabajo soñado, un estilo de vida envidiable con un matrimonio ejemplar, hijxs excepcionales y una conducta intachable. Nada más lejos de la realidad.
La verdad es que no existen vidas color de rosa. Muchas veces buscamos aparentar que así
es, pero la vida está llena de miles de colores, eso es lo natural. Habrá días grises, eventos que nos pongan verdes de envidia. En todas las personas la salud puede palidecer, se puede estar azul de tristeza o roja de alegría. También se puede estar amarilla de rabia o estar en un estado morado de melancolía. Habrá días francamente negros.
No existen relaciones perfectas, se construyen día a día. Trabajando en nosotrxs mismos y en estar lo mejor posible con lxs demás. La salud de igual manera, es algo que tenemos que
procurar todo el tiempo, comiendo saludable, haciendo ejercicio y cuidándonos siempre. En
cuanto al trabajo, cuando amamos lo que hacemos y hacemos lo que amamos, nos brindará
satisfacciones, pero tendrá momentos rudos, pesados, difíciles y muy lejos de ser color de
rosa.
Que este mes, donde veremos el color rosa por todos lados, nos lleve a reflexionar lo
importante que es cuidarnos en todas las áreas, permitiendo que surjan todos los colores de la vida sabiendo que esta es maravillosa y que es un privilegio vivirla en toda su gama de tonos y colores, incluso, ¿por qué no?
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