Cuando hablamos de Amor, ¿qué piensas? ¿qué sientes y dónde? ¿qué lo despierta? El Amor es el sentimiento más sublime que puede sentir un ser humano, y es, a la vez, una energía presente en todo el Universo, se dice que es el pegamento de todo lo que existe.
El amor nos permite sentir el enamoramiento, un tiempo en el que todo se torna color de rosa y nos parece bello, armónico, encantador y maravilloso. Prácticamente bloquea nuestra capacidad de ver lo negativo, lo oscuro o desagradable. Estamos distraídos, como ensoñados en un estado de felicidad completa.
Hay quienes descubrimos otra faceta del amor cuando tenemos la fortuna de tener un hijo. Se devela un sentimiento que nos rebasa, inunda y nos desborda por ese pequeño ser que depende al 100% de nosotros y por el que daríamos la vida misma si fuera necesario.
Hay un amor poco fácil de describir, que podemos sentir por nuestras mascotas. Estos animalitos que se roban nuestro corazón y lo embalsaman con su energía incondicional, fiel y emotiva. Cobra una importancia poco conocida incluso por nosotros mismos.
Sin embargo, quizá el menos popular, pero el más importante, es el que desarrollamos por nosotros mismos. La aceptación incondicional, el profundo conocimiento y la transformación permanente que nos genera, es el amor en su más pura expresión. Es un proceso de descubrimiento constante que terminará el día que dejemos este plano, o quizá incluso después.
Hagamos una pausa hoy y miremos este misterioso sentimiento que nunca generará déficit por darlo. Al contrario, entre más lo compartimos, más se multiplica. Miremos su magia en nuestra vida y sintamos gratitud por tener el privilegio de haberlo conocido.
Ana María Casasús